UN NUEVO MODELO PARA OPTIMIZAR EL DESEMPEÑO HUMANO DE LOS BOMBEROS
23/09/2021 CSCS Entrenamiento personal
Romero, Manny MS, CSCS, TSAC-F1 ; Alvar, Brent PhD, CSCS * D, TSAC-F, FNSCA2
1 Navy Fitness, Comandante, Comando de Instalaciones de la Marina, San Diego, California; y
2 Departamento de Kinesiología, Universidad Point Loma Nazarene, San Diego, California
Artículo original: A New Model for Optimizing Firefighter Human Performance. Strength and Conditioning Journal, 2021, 43(4):19-31.
Resumen
La extinción de incendios es una profesión que tiene el potencial de ser extremadamente exigente, tanto física como mentalmente. Este personal táctico debe estar en buena forma física para cumplir con sus requisitos ocupacionales, todo mientras está expuesto a los factores estresantes diarios. Es probable que esto incluya desde el esfuerzo físico y el trabajo por turnos, hasta la interrupción del sueño y presenciar eventos potencialmente traumatizantes. No preparar y mitigar estas demandas ocupacionales puede tener implicaciones duraderas para el desempeño general, así como para la salud y el bienestar. Desafortunadamente, muchos de estos elementos a menudo no se abordan. Como tal, se deben hacer consideraciones para equipos de salud aliados interdisciplinarios y de colaboración. La Optimización del Rendimiento Humano (ORH) es un modelo que ha sido adoptado con éxito por militares de EEUU para mejorar la salud, el bienestar y el desempeño general de los soldados. Este artículo propone la utilización de un modelo de ORH similar al proporcionar una justificación de cómo se puede utilizar para reducir la morbilidad y la mortalidad prematuras, así como para aumentar la preparación general y la resiliencia dentro de la profesión de extinción de incendios.
Introducción
En 2006, la Optimización del Rendimiento Humano (ORH) y la Total Force Fitness (TFF) surgieron como marcos conceptuales dentro del Departamento de Defensa (19). Los objetivos de estos marcos son proporcionar un enfoque holístico para mejorar el desempeño, la salud y el bienestar de los soldados estadounidenses y sus familias (19). Hoy, estos marcos están arraigados en todo el Departamento de Defensa y son indispensables para la comunidad militar (19). Con la integración exitosa de ORH y TFF en la comunidad militar, ha llegado el momento de discutir el uso de conceptos similares que sean más adecuados para los miembros de la seguridad pública (es decir, bomberos y fuerzas del orden). El propósito de este artículo es discutir el posible uso de un modelo ORH adaptado para optimizar el desempeño humano dentro del servicio de bomberos.
La extinción de incendios es una ocupación físicamente exigente; por lo tanto, tener un buen acondicionamiento físico es fundamental para mejorar el desempeño ocupacional y prevenir lesiones músculo-esqueléticas (3,4,9,18,28-30,35,58,65,66,68-70,75,81). Igualmente importantes son los componentes de la salud y el bienestar, pues se ha demostrado que influyen en la capacidad de un bombero para realizar sus funciones y pueden afectar a su salud y a su bienestar (10,13,14,17,24,31,32,35,42,46,58,68,70,71,74,76,78,82). A nivel nacional, los departamentos de bomberos son muy conscientes de los riesgos de salud física y ocupacional del trabajo porque el número de programas de salud y bienestar operados por el departamento continúa aumentando (1,41,60). En relación con los bomberos, ORH puede conceptualizarse como la unión de la salud, el bienestar y el desempeño, donde el conocimiento, las habilidades y la tecnología se utilizan en un enfoque centrado en el individuo para mejorar y/o preservar el desempeño laboral, la longevidad de la carrera profesional y el bienestar general. Como se ve en la Figura 1, el enfoque de ORH integraría los 3 dominios de manera sinérgica y potencialmente cerraría la brecha entre la necesidad de intervenciones de salud, bienestar y desempeño de los bomberos, así como lograr mejoras sostenidas en los resultados de estas tres áreas. Es posible que los programas actuales, aunque bien intencionados, proporcionen intervenciones que solo aborden parcialmente los componentes independientes de ORH. En consecuencia, ORH debe ser el objetivo principal de cualquier programa que se centre en la salud, el bienestar y la forma física de los bomberos.
La Figura 2 muestra el marco para la optimización del rendimiento dentro del servicio de bomberos (FFHWM, del inglés Firefigther Health and Wellnes Model). En base a nuestra revisión realizada, este es el primer modelo en la literatura científica que demuestra la relación integral de cada dominio para el ORH de bomberos. Los directores de programas y los tomadores de decisiones clave, deben ver la salud y el bienestar de los bomberos como construcciones generales que se pueden dividir en varios componentes medibles, incluidos los físicos, mentales, emocionales y ambientales. Además, cada uno de estos se puede subdividir en áreas de enfoque más pequeñas. Por ejemplo, el componente físico incluye preocupaciones de salud, necesidades de desempeño laboral y prevención/rehabilitación de lesiones en relación con el personal de rescate de incendios. El componente mental incluye, pero no se limita a la calidad del sueño, el comportamiento psicosocial, la inteligencia emocional y la autoconciencia. El componente emocional abarca el manejo del estrés, los mecanismos de afrontamiento, la autoestima y la autoeficacia y la resiliencia. Finalmente, el componente ambiental se relaciona con la cultura/ética social del bombero, los sistemas de apoyo social y las relaciones interpersonales.
En las secciones siguientes se analizará el Modelo FFHWM. Antes de discutir cada componente, es importante resaltar la necesidad de un equipo interdisciplinario de profesionales para supervisar cada componente del modelo FFHWM (tabla 1), ya que algunas intervenciones pueden quedar fuera del alcance de la práctica de ciertos profesionales.
Utilizar un equipo interdisciplinario para integrar el modelo de salud y bienestar de bomberos
Los profesionales de la salud, el bienestar y el rendimiento a menudo operan de manera independiente. Sin embargo, bajo el concepto de ORH en bomberos, sería ideal fusionar los 3 dominios (salud, bienestar y rendimiento) debido a su interrelación. Existe un cruce entre cada dominio, lo que permite que las profesiones se complementen compartiendo sus conocimientos y habilidades entre sí. Por ejemplo, los entrenadores certificados de salud y bienestar (HWC) también pueden tener las credenciales adecuadas para actuar como fisiólogo del ejercicio y/o como entrenador certificado de fuerza y acondicionamiento (CSCS). Se puede ver un segundo ejemplo con el dietista registrado (RD), ya que este individuo proporcionaría experiencia nutricional en los 3 dominios dependiendo del objetivo del bombero individual. Un tercer ejemplo implicaría una colaboración entre los profesionales del desempeño, el personal médico y los profesionales del bienestar para ayudar en el proceso de regreso al servicio de un bombero que se recupera de una lesión grave. Por lo tanto, un equipo interdisciplinario de profesionales calificados es esencial para proporcionar la orientación y la experiencia necesarias para una integración exitosa del FFHWM y para lograr la ORH de los bomberos.
Los profesionales incluidos en la tabla 1 también pueden considerarse proveedores médicos y personal de desempeño humano. Un equipo de proveedores médicos incluiría fisioterapeutas (PT), entrenadores atléticos (AT), dietistas (RD), médicos, una enfermera registrada (RN) y un asistente médico (PA). El personal de desempeño humano incluiría CSCS, facilitador de fuerza táctica y acondicionamiento (TSAC-F), HWC, fisiólogos del ejercicio, psicólogos y terapeutas ocupacionales (OT). El hecho de que todos estos profesionales trabajen en equipo, probablemente mejorará el intercambio de conocimientos y experiencia para trabajar colectivamente hacia un objetivo común: optimizar la capacidad de desempeño de los bomberos, la longevidad de su carrera profesional y su calidad de vida. Para comprender mejor la necesidad de cada profesión y la necesidad del FFHWM, se discutirá una revisión de la literatura relacionada con la salud, el bienestar y el desempeño.
La necesidad de optimizar el desempeño humano en el servicio de bomberos: breve revisión de la literatura
Salud
Los problemas de salud más notables de los bomberos incluyen cáncer, paro cardíaco repentino (PCR), enfermedad cardiovascular (ECV), función pulmonar, enfermedad de las arterias pulmonares (EAP), obesidad, hipertensión y diabetes (16,20,25-27,35,40,49,56,58,68,74). La Asociación Internacional de Bomberos (IAFF, del inglés International Association of Fire Fighters) informó que 120 bomberos murieron de cáncer en 2018 (26). Existe evidencia que sugiere que la exposición ocupacional a carcinógenos y otras sustancias tóxicas probablemente contribuyan al riesgo de cáncer (40,56). Es más, los ataques cardíacos han sido la principal causa de muerte en el servicio de bomberos durante más de 2 décadas (25,26,68). El estrés y el esfuerzo excesivo son los principales factores de riesgo que se correlacionan con eventos cardíacos fatales y no fatales en bomberos (25,26,68,82). Más recientemente, se informaron 60 y 64 muertes en 2017 y 2018, respectivamente. En 2018, el PRC representó 11 (44%) y 13 (38%) de muertes en bomberos profesionales y voluntarios, respectivamente (26). Según Soteriades et al. (74), los eventos de ECV en servicio y las jubilaciones anticipadas relacionados con enfermedades cardíacas ocurren casi exclusivamente entre los bomberos con los factores de riesgo de ECV subyacentes. Estos factores de riesgo incluían tabaquismo, hipertensión, obesidad, enfermedad coronaria, dislipidemia y diabetes. Además, Soteriades et al. (74) informaron que aproximadamente el 45% de aproximadamente 100 muertes en servicio por año están relacionadas con las ECV. El número de muertes de bomberos en servicio ha disminuido constantemente entre 1977 y 2018 (25-27). Aunque prometedores, los problemas de salud como el cáncer, el PCR y las enfermedades cardiovasculares siguen siendo preocupaciones importantes para el servicio de bomberos y deben abordarse mediante intervenciones adecuadas.
Las elecciones personales como la dieta, el ejercicio y el bienestar son todas variables que los departamentos de bomberos pueden brindar educación y orientación profesional (58). Existe evidencia que muestra que el uso de buenas prácticas nutricionales y la participación regular en la actividad física y el ejercicio pueden mejorar el estado de salud de los bomberos (5,34,58,74). Aunque existen varios enfoques holísticos que se pueden utilizar para mejorar el estado de salud de los bomberos, está más allá del propósito de esta sección examinar exhaustivamente cada enfoque. En cambio, la atención se mantendrá en la nutrición y el ejercicio físico porque es probable que tengan un impacto sustancial y sostenible en los resultados de salud de los bomberos. Además, lo siguiente ayudará a justificar la inclusión de un equipo interdisciplinario de profesionales para supervisar las intervenciones de ORH.
Los bomberos que practican buenos hábitos de nutrición pueden mejorar simultáneamente los parámetros de salud, bienestar y rendimiento (6,34,58,72–74). Tener la orientación profesional adecuada es vital, ya que muchos temas complejos de nutrición quedan fuera del alcance de la práctica de la mayoría de los profesionales (34,72). Esto es especialmente cierto cuando a un bombero se le ha diagnosticado una afección médica (es decir, diabetes tipo 1 o 2, hipertensión y alergias alimentarias). Los RD son expertos en ciencias alimentarias y nutricionales que pueden supervisar programas e intervenciones de nutrición individualizados y/o en todo el departamento (34,63). Además, los RD pueden proporcionar pautas basadas en la evidencia que promueven la elección de alimentos adecuados, así como asesoramiento conductual y dietético (34,63). Algo único de los RD, es que pueden participar en los 3 dominios del modelo ORH; pues existe evidencias que apoyan que una comida bien balanceada con suplementación y ejercicio físico puede proporcionar beneficios adicionales en cada uno de los 3 dominios (5,9,58,74).
El Colegio Americano de Medicina Deportiva (5) define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por la contracción de los músculos esqueléticos (es decir, caminar, tareas domésticas y ocupacionales y deportes). Mientras que el ejercicio físico se define como una forma planificada, estructurada y repetitiva de actividad física realizada para mejorar/mantener varios componentes de la aptitud física (es decir, fuerza muscular, resistencia muscular, flexibilidad, equilibrio, agilidad y velocidad). Existe una amplia evidencia que apoya la relación inversa entre la actividad física y/o el ejercicio físico y varios resultados de salud (5,9,74). Por lo tanto, complementar la actividad física con programas de ejercicio es fundamental para mejorar los perfiles de salud del bombero y mitigar los problemas comunes de salud ocupacional (5,9). Los HWC, CSCS, TSAC-F y los fisiólogos del ejercicio son profesionales ideales a quienes se les debe encomendar la tarea de supervisar la promoción de la actividad física, diseñar programas de ejercicio individuales y guiar a los bomberos hacia el logro de sus objetivos específicos relacionados con el fitness y el rendimiento. Además, estos profesionales colaborarían con médicos, PA, RN y RD cuando ayuden a los bomberos a los que se les haya diagnosticado una afección médica (ej. diabetes e hipertensión). Teniendo en cuenta las preocupaciones de salud observadas dentro del servicio de bomberos, ha llegado el momento de que los departamentos de bomberos den una mayor prioridad al desarrollo de una buena nutrición y hábitos de actividad/ejercicio físico. Esto debe realizarse con la supervisión y colaboración de un equipo de profesionales interdisciplinarios.
Bienestar
Algunas de las preocupaciones de bienestar más importantes en el servicio de bomberos incluyen la falta de sueño, un ritmo circadiano alterado, mecanismos de afrontamiento, suicidio y resiliencia ocupacional (10,25,26,35,51,58,68,74,76,78,82). Orr y Bennett (58) han documentado factores de riesgo clave que requieren intervención; estos incluyen inactividad física, estrés ocupacional, uso de tabaco, consumo excesivo de alcohol, trastornos del sueño y hábitos nutricionales. Es importante señalar que es probable que la presencia de múltiples factores de riesgo tenga un efecto agravante. En consecuencia, las intervenciones como el asesoramiento sobre salud y bienestar, el abandono del tabaco sin humo, el abuso de sustancias y los talleres de manejo del estrés, la orientación/asesoramiento nutricional, la terapia ocupacional y los tratamientos psicosociales deben incluirse en un programa general de salud y bienestar para complementar las intervenciones de salud y desempeño. Es probable que los temas de bienestar estén fuera del alcance de la práctica de algunos profesionales de la salud y el rendimiento. Por lo tanto, los programas de salud y bienestar de bomberos deberían considerar la inclusión de equipos cualificados de profesionales (Tabla 1). A continuación, se discutirá el sueño de los bomberos, los mecanismos de afrontamiento y la resiliencia, y la cultura/ética social, porque estas áreas son las preocupaciones de bienestar más prominentes de la FFHWM que pueden afectar en gran medida el desempeño laboral, la longevidad de la carrera y el bienestar general (10,35,51,58,68,74).
Sueño: componente mental del modelo FFHWM
Unos deficientes hábitos de sueño pueden reducir la atención, la concentración, el tiempo de reacción, la memoria y la capacidad de tomar decisiones rápidas; también puede producirse fatiga, niveles más altos de estrés, pérdida del humor y la probabilidad de mal genio (35,46,51,76). Lim y col. (50) buscó analizar varios factores que pueden afectar la calidad del sueño de los bomberos. Los factores analizados se categorizaron en sociodemográficos, psicosociales y ocupacionales. Las características sociodemográficas incluyen edad, estado civil, consumo de alcohol, tabaquismo, índice de masa corporal y ejercicio. Las características psicosociales incluyen la calidad del sueño, la depresión y la salud psicosocial. Las características ocupacionales incluyen años de servicio, trabajo por turnos, afiliación departamental y síntomas músculo-esqueléticos. En relación a estos factores, múltiples estudios han encontrado que la calidad del sueño está significativamente relacionada con el trabajo por turnos, la depresión y el dolor músculo-esquelético (2,11,35,50). Además, un número significativo de bomberos ha informado tener un segundo trabajo, lo que también puede afectar negativamente la calidad del sueño (11). Estas reducciones son indeseables cuando se busca optimizar el desempeño humano de los bomberos. Por lo tanto, las estrategias para mejorar la calidad del sueño deben abordar principalmente los factores mencionados anteriormente. Algunas intervenciones holísticas que pueden ser beneficiosas incluyen un cambio al trabajo por turnos (horario de 24 h y 48 h de descanso), la integración de las profesiones de salud mental y el tratamiento de las lesiones músculo-esqueléticas.
También podría ser beneficioso discutir la posibilidad de revisar los horarios de trabajo por turnos, sabiendo que esto no proporcionará una solución universal. Dicho esto, los departamentos de bomberos deben considerar el uso de un horario de turno de trabajo alternativo para ayudar a disminuir la arritmia circadiana y promover una recuperación adecuada. El 24 on / 48 off (ABC) es uno de los horarios de turnos de trabajo más comúnmente utilizados que podría potencialmente ser revisado. En este escenario, se necesitan 3 cuadrillas de bomberos: A, B y C. Una cuadrilla se ocuparía de la estación de bomberos durante 24 horas hasta que sean reemplazadas por la cuadrilla subsiguiente y tengan 48 horas libres del trabajo. Es importante tener en cuenta que la cantidad de horas de trabajo por turnos puede aumentar drásticamente al responder a llamadas de emergencia catastróficas. Además, cada departamento de bomberos tiene necesidades diferentes y únicas. Dependiendo del volumen de llamadas durante el turno de 24 horas, los miembros individuales de un equipo de bomberos pueden tener problemas para relajarse y recuperarse durante sus 48 horas libres. Durante este tiempo, los bomberos individuales pueden ponerse al día con el sueño perdido del turno anterior, cumplir con los deberes familiares y responsabilidades personales, y prepararse para el próximo turno de 24 horas. En este caso, 48 horas de descanso pueden no ser suficientes para dar tiempo a recuperarse física y mentalmente. Es posible que un horario de 48 on / 96 off sea una alternativa razonable. En este escenario, los miembros individuales de la tripulación tendrían 2 días de trabajo por turnos, seguidos de 4 días libres para recuperarse física y mentalmente. Sin embargo, es posible que las estaciones de bomberos que reciben un volumen de llamadas más alto de lo normal no encuentren el horario de 48 on / 96 off fuera de horario como una solución razonable. Por el contrario, las estaciones de bomberos con volúmenes de llamadas más bajos de lo normal pueden encontrar que el horario de turno de 24 h / 48 h fuera de horario es más apropiado. En última instancia, la decisión de cambiar los horarios de trabajo por turnos debe ser abordada por los tomadores de decisiones clave del departamento de bomberos respectivo, y deben considerar estas variables para optimizar mejor el sueño y la recuperación de los bomberos. Aunque los cambios en el trabajo por turnos probablemente beneficiarían la calidad del sueño de una persona, los factores estresantes ocupacionales de la lucha contra incendios se consideran factores de riesgo que pueden conducir a la depresión entre los bomberos (50). Por lo tanto, los cambios en el trabajo por turnos deben ir acompañados de estrategias para identificar la depresión y supervisión profesional para tratar clínicamente los síntomas de la depresión.
Investigaciones anteriores han demostrado que los bomberos tienen un riesgo elevado de desarrollar trastornos del sueño y depresión (2,14,37,50). Además, es más probable que los bomberos deprimidos se vean privados de sueño y/o experimenten insomnio. Sin embargo, la National Sleep Foundation (57) sugiere que existe una causalidad mutua. Es probable que los adultos con insomnio (u otros trastornos del sueño) desarrollen depresión, mientras que las personas deprimidas pueden desarrollar síntomas de insomnio. Esto crea un escenario desafiante para el servicio de bomberos porque puede ser difícil identificar la causa raíz de la depresión. No obstante, la depresión se puede diagnosticar y controlar con evaluaciones apropiadas, intervenciones terapéuticas y asesoramiento psicosocial. Sin duda, estos deberes quedan fuera del alcance de la práctica de profesionales como PT, AT, médicos, HWC, CSCS y TSAC-F. Por lo tanto, la integración de un psicólogo que se especializa en terapia psicosocial y un terapeuta ocupacional en un programa de salud y bienestar para bomberos puede ayudar a los bomberos que luchan contra la depresión a mejorar la calidad de su sueño o viceversa (8). Además, pueden guiar a otros para que aprendan a lidiar con situaciones estresantes, superar adicciones y romper barreras que les impiden alcanzar sus metas (8). Además del psicólogo, la Asociación Estadounidense de Terapia Ocupacional (7) ha definido el papel de un OT como un profesional que ayuda a las personas de todas las edades a participar en las cosas que quieren y necesitan hacer mediante las actividades cotidianas (7). Además, los terapeutas ocupacionales ayudan a las personas a funcionar en cada uno de sus entornos (es decir, el hogar, el trabajo, la escuela y la comunidad) y abordan los aspectos físicos, psicológicos y cognitivos de su bienestar mediante la participación en la ocupación (7). El bombero individual es en última instancia responsable de revelar sus luchas con el liderazgo del departamento de bomberos y debe buscar ayuda del psicólogo y/o el terapeuta ocupacional. Aunque esto pueda parecer un paso sencillo, la cultura y la ética social de los bomberos pueden evitar que esto suceda; esto se discutirá en breve. Además, los profesionales bajo los dominios de desempeño y salud de la Tabla 1 deben conocer los signos y síntomas de la depresión, entre otros trastornos mentales, e informar estas observaciones al liderazgo del departamento de bomberos y al psicólogo y/o al terapeuta ocupacional.
Como se mencionó anteriormente, el dolor músculo-esquelético puede afectar a la capacidad del bombero para dormir. Además, el dolor o los trastornos músculo-esqueléticos pueden contribuir al desarrollo de la depresión (50). Por lo tanto, se debe utilizar un equipo de profesionales de la medicina deportiva (PT y AT) para mitigar el dolor músculo-esquelético y tratar las lesiones ocupacionales (52,63). Un equipo de medicina deportiva y de fuerza y acondicionamiento (CSCS y TSAC-F) puede proporcionar beneficios adicionales, como la prevención de lesiones, al administrar intervenciones de entrenamiento físico para los reclutas de la academia de bomberos y los bomberos de carrera. Si las limitaciones de tiempo son una limitación, los PT, AT, CSCS y TSAC-F pueden integrar ejercicios correctivos personalizados en un protocolo de calentamiento de rutina que se completará antes de una sesión de entrenamiento físico. El uso regular de ejercicios correctivos y otras intervenciones preventivas, según lo prescrito por PT, AT, CSCS y TSAC-F, ayudaría a mitigar el dolor músculo-esquelético y reducir el riesgo de lesiones (52,63). En consecuencia, un enfoque proactivo del dolor músculo-esquelético podría ayudar a los bomberos a mejorar la calidad y cantidad de su sueño.
Enfrentamiento y resiliencia: componente emocional del modelo FFHWM
Los mecanismos de afrontamiento son otra área que se beneficiaría de intervenciones holísticas. Los eventos traumáticos experimentados por los bomberos tienen el potencial de desarrollar un trastorno de estrés postraumático (TEPT), que a menudo se acompaña de depresión, suicidio, ansiedad, abuso de sustancias y consumo de tabaco y alcohol (32,33,39,42,62,71). Además, el trastorno de estrés postraumático puede causar síntomas de fatiga, problemas de concentración, pérdida de interés en las actividades, sueño interrumpido, irritabilidad, atrofia social, vigilancia y evitación del comportamiento, todo lo cual puede causar problemas en la eficiencia y las relaciones sociales en el lugar de trabajo y con los seres queridos (23,42). La mayoría de los bomberos tienen recuerdos de eventos traumáticos de sus deberes ocupacionales. Estos recuerdos incluyen, entre otros, el tratamiento de víctimas mortales, pacientes heridos, amenazas o lesiones a sí mismo y muerte o lesiones de compañeros bomberos (42). Concomitantemente, la probabilidad de amenazas, muerte y lesiones a uno mismo y/o colegas son eventos traumáticos relacionados con la salud mental y el TEPT, así como limitaciones laborales físicas, psicosociales y ambientales (42). Es común que los bomberos crean que son inmunes al estrés acumulativo del trauma, pero esto podría conducir a síntomas de TEPT, agotamiento emocional y limitaciones laborales (31,33,42). La cultura del bombero también ha generado barreras percibidas para revelar experiencias traumáticas, que se discutirán en la sección siguiente (31,38,78). Dado el riesgo de TEPT, suicidio, depresión, ansiedad, abuso de sustancias y uso de tabaco y alcohol en el servicio de bomberos, sería lógico considerar intervenciones proactivas para reducir la probabilidad de estos problemas de bienestar. Un ejemplo sería el desarrollo de resiliencia y mecanismos de afrontamiento durante el entrenamiento de la academia de bomberos, ya que el recluta en formación aún no ha experimentado llamadas de emergencia traumáticas simuladas en un entorno seguro. Este enfoque podría potencialmente reducir la gravedad de las experiencias traumáticas al principio de la carrera de un bombero, al mismo tiempo que establece una relación con un profesional de confianza antes de que se necesiten intervenciones de afrontamiento adicionales. Es importante señalar que es probable que las estrategias e intervenciones necesarias para desarrollar la resiliencia estén fuera del alcance de la práctica para la mayoría de los profesionales del desempeño y de la salud. Por lo tanto, estas intervenciones deben ser administradas por un psicólogo capacitado clínicamente y respaldadas por un equipo interdisciplinario y el respectivo departamento de bomberos. Es probable que estos esfuerzos establezcan un entorno para priorizar las preocupaciones sobre el bienestar. Para ayudar con este proceso, debe llevarse a cabo una discusión sobre la cultura/ética social del bombero.
Valores culturales y sociales: componente ambiental del modelo FFHWM
A través de la capacitación en la academia, la respuesta a las llamadas de emergencia y el tiempo compartido en servicio, los bomberos desarrollan un vínculo estrecho entre sí, que también puede describirse como un ambiente “familiar” (31,33). Cada departamento de bomberos tiene un conjunto de reglas y comportamientos que crean colectivamente un entorno social. No es ningún secreto que el espíritu social del servicio de bomberos fomenta comportamientos agresivos para superar desafíos y obstáculos ocupacionales (10,31,33). Banes (10) sugiere que estas características y conductas de riesgo están presentes debido a la necesidad psicológica de parecer competente. El hecho de que los bomberos admitan voluntariamente que una llamada de emergencia en particular los está molestando puede ser percibido como un signo de debilidad y/o incompetencia (10,31,33). Experimentar eventos traumáticos es una ocurrencia común para quienes trabajan en el servicio de bomberos (31). Sin embargo, no es común que los seres humanos sean testigos de estos eventos de manera regular; por lo tanto, procesar estas experiencias puede resultar potencialmente irritante y/o molesto. Es más, también es poco común que los bomberos (o cualquier otra persona) sepan cómo evaluar y procesar estas experiencias traumáticas. Algunos miembros del servicio de bomberos pueden ser buenos para lidiar con una amplia variedad de incidentes críticos, pero la posibilidad de pasar por alto las secuelas de los eventos traumáticos todavía está presente (31,33). De hecho, hay una serie de barreras percibidas para informar preocupaciones mentales y de comportamiento dentro del servicio de bomberos. Investigadores (38,78) han reportado vergüenza, peligro en su carrera, falta de recursos del departamento, servicios inútiles brindados, dificultad para reportar un reclamo de compensación laboral y la idea de decepcionar a otros bomberos, como las barreras más desafiantes que prohíben reportar con precisión preocupaciones mentales y de comportamiento. Esto ha llevado a los bomberos a tener dificultades para pedir ayuda tanto en el cumplimiento del deber como fuera de su cumplimiento. Banes (10) argumenta que este tipo de normas culturales podrían evitar que los bomberos con factores de riesgo de ECV o enfermedad subclínica se retiren de la extinción intensa de incendios o del trabajo físico, incluso si se desarrollan síntomas cardiovasculares como dolor en el pecho. Este es un tema preocupante, ya que se ignoraría una señal de advertencia temprana de un evento fatal. Por lo tanto, es imperativo que los funcionarios del departamento de bomberos colaboren con un equipo interdisciplinario de profesionales para establecer una cultura en la que los bomberos acepten que algunos eventos y/o llamadas de emergencia serán problemáticos y difíciles de manejar. Los bomberos deben creer que expresar y compartir sus preocupaciones postraumáticas con el liderazgo del departamento de bomberos y profesionales calificados es una señal de fortaleza y parte de su ORH personal y departamental.
Rendimiento
Aunque actualmente existen programas de acondicionamiento físico e iniciativas de bienestar para bomberos, hay poca o ninguna evidencia de que las intervenciones de fuerza y acondicionamiento se hayan integrado y aceptado completamente en un programa de entrenamiento físico de rutina. Único en esta población es que estos individuos no están expuestos a las mismas demandas y programas de entrenamiento que experimentaría un atleta convencional. Además, sus tareas ocupacionales y horarios de turnos suelen ser más exigentes que el trabajador estadounidense promedio. Es importante tener en cuenta que existen claras diferencias entre el entrenamiento de fitness versus el de fuerza y acondicionamiento. El primero generalmente se enfoca en niveles básicos de aptitud muscular (fuerza y resistencia), entrenamiento aeróbico y estética (composición corporal); mientras que el segundo usa una práctica basada en evidencia para abordar áreas clave para la mejora del rendimiento (es decir, desarrollo de fuerza y potencia, velocidad y agilidad, y desarrollo de sistemas energéticos) y técnicas de prevención de lesiones.
Varios estudios han demostrado que las demandas fisiológicas, biomecánicas y ocupacionales de la extinción de incendios, junto con las exposiciones ambientales extremas, se combinan para afectar el desempeño laboral (4,9,18,29,30,48,53,59,65,66,68–70,81). Rhea y col. (65) encontraron que el desempeño laboral del bombero se correlacionó significativamente con la fuerza muscular, la resistencia muscular local y la resistencia anaeróbica. Se necesitan altos niveles de fuerza de agarre para tareas como abrir bocas de incendio, tirar de mangueras y transportar cargas (35,65). Además, estudios previos han demostrado la importancia de la resistencia cardiovascular al completar tareas ocupacionales (17,22,35,68). Por lo tanto, es imperativo que los bomberos participen en programas de fuerza y acondicionamiento, así como programas generales de salud y bienestar, para optimizar el desempeño humano. Se resumirá una breve revisión de los análisis biomecánicos, bioenergéticos y de lesiones músculo-esqueléticas para comprender de manera integral la necesidad de profesionales como PT, AT, CSCS, TSAC-F y fisiólogos del ejercicio.
Análisis biomecánico
Los bomberos deben completar varias tareas en diversos entornos, como comunidades, áreas residenciales, campos y bosques, propiedades del gobierno, pastizales y bases militares (68). Las tareas de extinción de incendios abarcan las actividades de rescate, extinción de incendios, operación de diversas herramientas manuales y conservación de la propiedad en edificios u otras estructuras (68). Casi todas las tareas del bombero se pueden clasificar como movimientos de articulaciones múltiples, lo que sugiere que se utilizan múltiples grupos de músculos y contracciones musculares (es decir, excéntricas, concéntricas e isométricas). Estas tareas incluyen, entre otras, el transporte de carga hacia arriba y hacia abajo de un tramo de escaleras, movimiento con equipo de protección personal, operar una manguera, tirar de la manguera a medio arrodillarse y en posición vertical, gatear, subir escaleras, realizar una entrada forzada, arrastre de víctimas, manejo de diversas herramientas de mano, manejo de motosierras bajo carga y subir escaleras (3, 4, 35, 68, 70). Muchas tareas físicamente exigentes ocurren en el plano sagital, mientras se utilizan los principales grupos musculares y múltiples articulaciones (3,68). Sin embargo, los movimientos en el plano frontal y transversal también se incluyen en las tareas ocupacionales de los bomberos (3,4,68). Todos estos movimientos se muestran en la Tabla 2. En consecuencia, los CSCS, TSAC-F y los fisiólogos del ejercicio deben enfatizar estos grupos de músculos al diseñar programas de entrenamiento físico. Aunque se deben desarrollar niveles adecuados de fuerza y resistencia con estos grupos de músculos, se debe tener cuidado para evitar el sobreentrenamiento para que la preparación ocupacional no se vea comprometida.
Análisis de sistemas de energía (Bioenergética)
Existe evidencia que sugiere que las disminuciones en el desempeño laboral de los bomberos están relacionadas con la función de los sistemas de energía tanto anaeróbicos como aeróbicos (3,4,18,35,53,61,65,67–70,79,81). Dependiendo de la gravedad de una llamada de emergencia, la duración de las tareas ocupacionales de los bomberos podría durar horas, días o semanas. Además, la duración de las tareas inmediatas, como subir escaleras, arrastrar a la víctima, transportar la carga y entrar por la fuerza, puede oscilar entre unos pocos segundos y varios minutos. Las demandas cardiorrespiratorias de la lucha contra incendios están bien documentadas, mostrando niveles de consumo de oxígeno del 63% al 97% del máximo y valores de frecuencia cardíaca del 84% al 100% del máximo (68). Una capacidad aeróbica de al menos 42 mL·kg−1·min−1 o se han recomendado 12 MET para satisfacer las demandas de la mayoría de las tareas de los bomberos (17,21,22,35,68). Estos hallazgos sugieren que las tareas del bombero gastan los 3 sistemas de energía: fosfágeno (ATP-CP), glucolítico y oxidativo. La intensidad y duración de una tarea ocupacional a menudo dicta qué sistema energético se utiliza principalmente. Abel y col. (3), Abel y col. (4) y Sell et al. (68) han documentado una evaluación fisiológica de las tareas típicas de un incendio que clasifica el sistema de energía utilizado principalmente (Tabla 3). Los programas de entrenamiento deben mejorar estos sistemas de energía a través de intervenciones de entrenamiento apropiadas administradas por CSCS, TSAC-F y fisiólogos del ejercicio.
Análisis de lesiones músculo-esqueléticas
En 2018, la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA) informó un estimado de 58.250 lesiones de bomberos, que es aproximadamente 600 menos que el informe de 2017 (13,24). Las distensiones, los esguinces y los dolores musculares representaron el 38% de los principales tipos de lesiones y fueron la naturaleza de las lesiones más informadas según el tipo de servicio (13). Es importante señalar que las lesiones músculo-esqueléticas en las poblaciones de bomberos no están aisladas en un área del cuerpo. De hecho, los sitios más comunes de esguinces y distensiones fueron las extremidades inferiores, seguidas del tronco, el hombro y el cuello (12,68). La parte baja de la espalda, la rodilla, el tobillo, la mano y los dedos, el cuello y el hombro son algunas de las partes del cuerpo que más se reportan lesionadas al completar tareas de bombero (12). En 2016, la NFPA informó que el manejo de las mangueras cargadas, el soporte de supresión, la revisión y los incidentes de extinción/neutralización de incendios no especificados fueron las tareas que más contribuyeron a las lesiones en el terreno del incendio (12). Además, es posible que los bomberos también sean susceptibles a desequilibrios musculares como resultado de tareas ocupacionales unilaterales que favorecen el lado dominante del individuo (derecho o izquierdo) (68). El esfuerzo excesivo o la tensión (28%) fue la principal causa de lesiones de los bomberos (13). Un factor clave que influye en el sobreesfuerzo podría atribuirse al transporte de carga. Se ha demostrado que el transporte de carga aumenta el esfuerzo físico y la frecuencia cardíaca mientras están de pie en hombres físicamente activos (36,66). El tipo de carga más común al que está expuesto un bombero es su equipo de protección individual y un aparato de respiración autónomo. Ambos son esenciales para proteger a los bomberos de daños físicos y químicos, pero podrían afectar potencialmente los patrones de movimiento eficientes ya que la estabilidad, el rango de movimiento de las articulaciones y el equilibrio pueden verse influenciados por la carga adicional (29, 48, 66). Su peso conjunto puede ser aproximadamente de 21,0 kg y 11,5 kg , respectivamente (29,48,66). Además, el transporte de carga se ha asociado con las siguientes lesiones: ampollas en los pies, fracturas por estrés, distensiones de espalda y dolor de rodilla (43,64). Las lesiones causadas por el esfuerzo excesivo o la tensión pueden indicar que el bombero individual carece de la preparación física necesaria para cumplir con las demandas de las tareas del bombero. Por lo tanto, es necesaria la participación regular en programas de entrenamiento físico para mejorar la preparación ocupacional y prevenir la probabilidad de lesiones. La fuerza y el acondicionamiento es una práctica basada en la evidencia que se enfoca en las áreas clave necesarias para mejorar el desempeño laboral y las técnicas de prevención de lesiones. En consecuencia, se necesitan profesionales del desempeño (CSCS y TSAC-F) que se especializan en fuerza y acondicionamiento y un personal de medicina deportiva (PT y AT) para supervisar las prácticas de prevención/rehabilitación de lesiones para optimizar el desempeño laboral y la preparación ocupacional de los bomberos.
Consideraciones para implementar la optimización del desempeño humano de bomberos y el modelo de salud y bienestar de bomberos
Un papel secundario de la ORH de bomberos es estipular cambios en su lugar de trabajo. En 2015, Storer y sus colegas (75) buscaron determinar si los niveles actuales de actividad física y los factores de riesgo de ECV en una cohorte contemporánea de bomberos eran mejores que los informados anteriormente durante un período de tiempo de 30 años. No es de extrañar que no encontraron diferencias significativas y emitieron una llamada a la acción para que los profesionales de la salud y el fitness ayudasen al servicio de bomberos. Estos hallazgos son preocupantes considerando que las demandas físicas, la salud y los problemas de bienestar de la extinción de incendios están bien documentadas (10,16-18,20,21,24-27,30-33,35,37-40,42,46,48–51,53,56,58,61,62,65,66,68–71,74,76,78,81,82). Para cerrar la brecha, es posible que se necesiten esfuerzos de cambio profundo para facilitar un cambio de paradigma. El cambio profundo es la noción de que nada cambia a menos que las personas cambien, lo cual es especialmente cierto para quienes tienen roles de liderazgo. El modelo de cambio de 8 pasos de Kotter (8-SCM) (44,55) es un enfoque sistemático que puede derivarse de los principios de excelencia operativa y puede ser una herramienta útil para facilitar un cambio de paradigma exitoso. El 8-SCM, junto con los ejemplos relacionados con el servicio de bomberos, se pueden revisar utilizando la Tabla 4. Aunque el 8-SCM ha sido eficaz en una variedad de entornos profesionales (15,47,54,77,80), puede ser necesaria una colaboración entre un jefe de bomberos de apoyo, la gerencia de ORH y un bombero o bomberos campeones, por lo que el modelo se adapta para una integración exitosa (45). Es importante señalar que estos esfuerzos de colaboración pueden servir como un marco ideal para la supervisión de un programa ORH para bomberos.
El FFHWM requiere un liderazgo fuerte para supervisar las operaciones diarias. Esto debe comenzar con un miembro designado del departamento de bomberos, como un jefe, capitán o teniente. Este rol puede titularse como: Director de Bombero ORH. Se deben contratar bomberos adicionales para promover el programa ORH (es decir, entrenadores de fitness entre pares) dentro del departamento de bomberos. Además, estas personas deben estar asociadas con un director médico de ORH y un gerente de programa de ORH, preferiblemente personas del equipo interdisciplinario de profesionales. Este cuadro de liderazgo ayudaría a crear un enfoque sinérgico para la toma de decisiones y adaptar el FFHWM para satisfacer las necesidades del departamento de bomberos respectivo, según los recursos disponibles. Además, la integración del bombero ORH y el FFHWM podría ser una iniciativa federal o distrital. Debido a que aún no se ha implementado un programa ORH para bomberos, es difícil justificar el mejor curso de acción. La justificación para qué escenario es más apropiada (estatal o distrital) está fuera del alcance de este artículo; sin embargo, es un área que requiere más investigación.
Al decidir si el programa ORH debe ser una iniciativa estatal/distrital, es importante considerar la justificación del costo. Algunos gastos a considerar son los costos anuales, como el presupuesto operativo del programa y los salarios de los empleados, mientras que los costos iniciales incluyen la sala de pesas/equipo clínico, programas de software y espacio y suministros de oficina. Algunos beneficios de costos a considerar son las reducciones en las lesiones mensuales, la gravedad de las lesiones, el tiempo libre pagado, los costos de horas extra, las reclamaciones de compensación al trabajador y las llamadas mensuales por enfermedad. Existen programas de salud y bienestar para bomberos que han demostrado un gran valor para sus respectivos departamentos de bomberos y gobiernos municipales (1,41,60). Sin embargo, los beneficios de ahorro de costos anuales para los programas de salud y bienestar de los bomberos no se han publicado en la literatura científica.
Finalmente, es posible que se necesiten más investigaciones para identificar métodos válidos y confiables para medir la ORH de los bomberos. Se deben utilizar evaluaciones estándar de oro y basadas en criterios para evaluar los componentes del FFHWM hasta que se desarrolle una evaluación más completa para medir la ORH de los bomberos. Las evaluaciones y pruebas utilizadas deben seleccionarse cuidadosamente en función de la confiabilidad/validez de las pruebas, el presupuesto de operación, la mano de obra, la programación, el tiempo total de la prueba, los recursos disponibles y la aplicación práctica de los resultados.
Conclusión
ORH y TFF son marcos conceptuales que se han integrado con éxito en todo el Departamento de Defensa y pueden tener un éxito similar dentro del servicio de bomberos. Sin embargo, optimizar el desempeño humano de los bomberos requiere un enfoque distintivo. Como se mencionó anteriormente, la extinción de incendios es una ocupación físicamente exigente en la que el acondicionamiento físico, el estado de salud y el bienestar general afectan colectivamente la capacidad de un individuo para realizar sus funciones. Además, las demandas ocupacionales difieren de las observadas en entornos militares y deportivos. El FFHWM fue desarrollado para demostrar la relación integral de cada dominio de la ORH visto en Figura 1 y servir como marco para los programas actuales y futuros de salud y bienestar de los bomberos. Estos modelos conceptuales están diseñados para integrar sinérgicamente los dominios de salud, bienestar y desempeño para lograr mejoras sostenidas en el desempeño laboral de los bomberos, la longevidad profesional y la calidad de vida. En consecuencia, los conceptos de los modelos pretenden incluir un equipo de profesionales interdisciplinarios, permitiendo que cada profesión complemente sus conocimientos, habilidades y habilidades con las demás para que se brinde un servicio integral para cada bombero individual. Un ejemplo de profesionales que pueden apoyar los programas de salud y bienestar de los bomberos se puede ver en Tabla 1. Los servicios ofrecidos de forma aislada potencialmente crearían intervenciones fragmentarias con resultados subóptimos. Dadas las diversas demandas ocupacionales y factores estresantes de la extinción de incendios, se propone que los departamentos de bomberos comiencen a adoptar una cultura de ORH en colaboración con un equipo de profesionales interdisciplinarios.
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